En su Europa vista de Estrasburgo describía EGC muy plásticamente las violentas relaciones espirituales y políticas de Francia y Alemania como la "Copa del Rin". Competición que principió con el juramento de Estrasburgo formulado por Carlos el Calvo y Luis el Germánico.
Mucha ha sido el agua que ha corrido por debajo del Puente de Europa, que franquea el paso entre Alemania y Francia. Mucho el espíritu de emulación que se ha consumido a un lado y a otro del Rin.
Pero la emulación tiene como presupuesto una diferencia espiritual irreconciliable, irrenunciable e inagotable.
Recientemente, a propósito de la Guerra de la Cirenáica, se ha visto a la militarista Alemania adherirse a la causa modesta de una paz concreta, protectora de cada hombre singular; la pacifista Francia, en cambio, ha preferido, como siempre, seguir su inclinación y declarar una guerra abstracta en nombre de los ideales humanitaristas.
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