La época de las revoluciones concluyó hace tiempo. El término varía 100 o 150 años según se lea la tesis en Saint Simon o en Calvo Serer, pero el hecho en si se ha convertido en una verdad inatacable.
No cabe esperar mucho de los movimientos que se presentan como una revolución, como un "aldabonazo", así de rotundo se dice, para despertar las conciencias. Sobre esto hay muchas opiniones concordantes en lo esencial, pero creo que muy pocos han diagnosticado la situación con la finura de López-Amo:
Han terminado las revoluciones, no porque hayan terminado las injusticias, dice en su conferencia dictada en 1956 en el Estudio General de Navarra, siguiendo la opinión de Donoso Cortés.
Han terminado las revoluciones, concluye ya por su propia cuenta, sencillamente porque han terminado las aristocracias que saben hacerlas.
Se trata de una banalidad superior: no hay ya revolución posible porque la gente, -el Tercer estado, el pueblo, los intelectuales...- no sabe ya cómo hacerla.
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