martes, 22 de marzo de 2011

Nacionalismo bibliográfico

Acompañando un paquete de libros comprados a la librería Mimo de Jaén recibo un tarjetón que anuncia un nuevo portal del libro español. Lo promueven diversas asociaciones de libreros de viejo y también el Ministerio de Cultura.

Un muro de arena para contener las olas de la globalización. 

Comprando en este canal contribuiré, al parecer, "a evitar el aumento de precio de los libros españoles". ¿De qué modo?: evitando "perder el control sobre su comercio internacional", en beneficio, se supone, de quienes así controlarán su comercio nacional. Dejando a un lado el sabor peronista de la cosa, me pregunto qué interés  cultural puede tener el impedir que un librero de Hamburgo o de Kiev ponga a la venta un libro español o en español y que este llegue así, a módico precio, a mis anaqueles. 

Lo peor: la cuota nacionalista, que también juega su carta en esta partida. Además de "libros españoles", el portal protegerá también los libros "vascos, gallegos, catalanes", que deben ser distintos a los murcianos, cántabros y valencianos. 

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