No conozco biografía más pulcra y concisa que la redactada en la lápida del enterramiento de Don Jerónimo de Roda. En lo que dice (relaciones familiares, servicios a la Corona en Flandes, vida Universitaria en Salamanca) y en lo que no cuenta ("furia española", sacco de Amberes) se reconoce al turbulento y arrogante político murciano.
Me he acordado del De Roda al leer en la contraportada de El hombre, animal político, de Francisco Javier Conde, mi biografía política apocopada del jurista nacido en Burgos. Le deben sobrar, no obstante, la mitad de caracteres para acercarse a su modelo:
Francisco Javier Conde (Burgos 1908 - Bonn 1975), discípulo y traductor de Hermann Heller y Carl Schmitt, catedrático de Derecho político, Director del Instituto de Estudios Políticos y Embajador de España, ha sido uno de los grandes juristas de Estado europeos del siglo XX. Una parte sustancial de su obra jurídico-política ha sabido encuadrar conceptualmente la II República, la Guerra civil y la primera década de la dictadura de Franco recurriendo a las categorías de sus maestros alemanes. Francisco Javier Conde, que provenía de la izquierda, como otros intelectuales coetáneos (los juristas del 27), se convirtió, sobre todo a partir de 1942, en el capitán de la Escuela española de Derecho político (1935-1969), grupo intelectual llamado a dar forma de Estado a la nación y reconducir las situaciones de emergencia por las que había venido atravesando España desde 1931.
4 comentarios:
Jerónimo, no sabía que habías publicado ya la biografía de Javier Conde. En qué editorial está.
Estos apuntes tuyos cultísimos creo que terminarán en aforismos. Es su destino.
Gracias Jorge. Como has escrito "cultísimos", un castizo diría "Pero sin faltar, eh¡" Lo de Conde es una edición con estudio preliminar de El hombre, animal político.
En la lápida de Murcia, SÍ dice del saco de Amberes.
Don Santiago, muchas gracias por su corrección. Queda consignado.
Publicar un comentario