Decía el general prusiano Gerhard von Scharnhorst que la política es una lucha exasperante y sin objeto por el poder. En cambio, al felibre Charles Maurras, un romántico antorromántico, le parece que la desesperación en política es una estupidez. Sería largo de explicar, pero
lo Scharnhorst no quita lo Maurras.
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