No tiene tiempo; debe tener pocas.
Como piensa que la causa de las guerras en general, y la de la civil europea en particular, de la que son expresión los atentados terroristas, es el tráfico de armas, le he remitido por correo certificado un ejemplar de la traducción italiana de L'infanticide différé, de Gaston Bouthoul.
En Italia le pusieron un título que lo dice todo: L'uomo che uccide. Mata el hombre y él, el papa, debería saberlo.
Es la hostilidad la que detona las bombas de neutrones ultramodernas y la que impulsa la piedra con la honda.
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