lunes, 19 de septiembre de 2011

Giner (de los Ríos)

Así lo definía, en un escolio que vale por varias biografías, Menéndez Pelayo:

[Giner] será todo lo buen hombre que se quiera, pero no pasa de ser un maestro de escuela afectado y fastidioso.

Sus bisnietos y tataranietos, acampados en la Universidad más de un siglo (con el intermezzo de ajustes de la inmediata posguerra, tal vez inevitables y que yo ni justifico, ni, por supuesto, deploro), siendo igual de afectados y fastidiosos, ya no tienen la virtudes campestres del Urvater de la barbita florida.

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