lunes, 26 de septiembre de 2016

Mariposas con cocaína para Colombia

Limpio el texto de Los almendros de Urci, memorias de Francisco-Félix Montiel sobre su viaje de ida y vuelta al comunismo. En un capítulo dedicado al golpe de Estado del coronel Segismundo Casado, a su juicio urdido todo por Moscú, Montiel le dedica a la tiorra Pasionaria algunos pasajes de mucha penetración. En uno de ellos se refiere a los "detalles sentimentaloides tan poco marxistas" que se cuelan en sus memorias, El único camino. Si alguien con las manos manchadas de sangre divaga en sus memorias políticas sobre vestidos nuevos y ropa sin estrenar, engaña y simula.
Me hace pensar en esa misma cursilería antiherocia lo mucho que tienen que ocultar todos esos narcos de las FARC, aspirantes a la bicoca de diputado y alcalde, como los terroristas del nacionalismo vasco, cansados de su viejo oficio. Timochenko, de Timoleón, qué nombre tan triste para un enemigo del género humano, habla en sus discursos de "todos" y "todas", de "guerrilleros" y "guerrilleras" y espera liberar a las "mariposas amarillas".
Si después de cincuenta años de guerra civil se tolera esa caída de estilo es que a Colombia, como diría Serguéi Chajotín, la ha violado la propaganda política. 

jueves, 22 de septiembre de 2016

Monsieur de Jouvenel (B2J)

Leo Bertrand de Jouvenel (ISI Books 2005), de Daniel J. Mahoney, autor de otros libros sobre Raymond Aron y Charles de Gaulle. Mi proyecto de libro sobre De Jouvenel está supeditado a que no encuentre yo el libro que querría leer. El estupendo libro de Mahoney es alta divulgación intelectual, pero yo no sé escribir libros como ese. Me pongo y enseguida veo que me está saliendo un libro que, después de meses de duro trabajo, leerán catorce personas en todo el mundo. Así es la rosa.
Debo releer también el B2J de Armando Zerolo (Sequitur 2014), pero sobre todo el B2J de Olivier Dard (Perrin 2008). Después decidiré.
No obstante, la presentación de Mahoney es ya incitadora. Entiendo las limitaciones del género y las impuestas por el público lector de ISI Books a D. J. Mahoney, pero con los dos pitones afeitados (el "mal paso" del Partido Popular Francés y su último libro sobre Marx y Engels), B2J parece un pensador liberal inofensivo, valga la redundancia.

martes, 6 de septiembre de 2016

Franco y de Gaulle

Obras completas de J. de Maistre, en Olms Verlag, Hildesheim 1984.
Se tenían gran estima. Se puede decir que se caían bien. Paso de Clausewitz a de Gaulle y otra vez a Clausewitz, un sociólogo inopinado que añadir a la relación de sociologi per caso de CG. Precisamente leyendo el capítulo que CG le dedica a Tolstói me decido a leer El erizo y el zorro, de Isaiah Berlin. Bueno: dejando a un lado el prólogo del macho alfa liberal y premio Nobel, me interesan solo el paralelismo del ruso con Joseph de Maistre y Joseph Proudhon. Pero Berlin me parece alguien demasiado "profesor" a quien le preocupan las cosas "profesorales": la definición perfecta de académico anglosajón. Me voy por la tangente y pienso en las Obras Completas de de Maistre, con cuya edición facsimilar de la lyonesa de 1884-1886 espero poder hacerme pronto. De de Gaulle puedo leer esta tarde, por fin, Le fil de l'épée. Tiene razón Freund: escribir un libro como ese sin haber cumplido cuarenta años es extraordinario. Creo que algo así ha estado al alcance de casi nadie en el siglo pasado. Sigo teniendo muy presente Vers l'armée de métier y La discorde chez l'ennemi, que leí antes de cumplir yo treinta, me consuelo, pero estas páginas de 1932 son otra cosa. Quien escribe libros como Le fil de l'épée se codea con Maquiavelo en el banquete de los antiguos. Mi impresión, a medida que avanzo con mi impedimenta -Jimena me pregunta cualquier cosa sobre Simbad el Marino- y llego al final ("El político y el soldado"), es que el comandante de Gaulle ha escrito un espejo de príncipes para el general de Gaulle. Si Franco, en vez de escribir esas bobadas sobre la masonería hubiera escrito alguna página como esas de de Gaulle, esculpidas con citas de Shakespeare, Heine, Goethe, Ardant du Picq o Clausewitz,  para devolverle el filo a la espada, otro gallo nos cantara. Y si en vez de darle palique a su primo Salgado-Araujo se hubiera aplicado con un leal Peyrefitte, ahora tendríamos algo potable que leer sobre el pensamiento de Franco y no todos esos chascarrillos de Sancho Panza en Barataria.